Ser un estudiante de secundaria o preparatoria es un acto de equilibrista. Es fácil quedarse estancado con las presiones académicas y sociales. Si a esto le agregamos los problemas familiares y personales entonces podemos entender cómo es que los jóvenes pueden sentirse abrumados y perder su equilibrio.
Cada joven tiene la capacidad de controlar la manera en la que enfrentan y manejan los problemas. De hecho, la manera en la que enfrentas y manejas los problemas es el factor que determina si es que mantienes o pierdes el equilibrio en tu vida.
Hay maneras destructivas de enfrentar los problemas:
Aislarse de las personas. Esta es una manera de evitar que nos lastimen y de esconder nuestras emociones, o de que la gente piense que somos inadecuados. El problema con esto es de que nos deja sin el apoyo de la gente que te quiere.
Abusar de alguna substancia adictiva ya sea el alcohol o los estupefacientes es otro manera que usan algunos para escapar de sus problemas y aliviar el estrés. Desafortunadamente al terminar la juerga los problemas siguen ahí.
Recurrir a los desordenes Alimenticios como son la anorexia, bulimia y comer de manera compulsiva se utilizan para aliviar los sentimientos negativos y de vacío. El problema es de que esos sentimientos de vacío, estrés y dolor siguen regresando aunados a más problemas de salud.
Actuar de manera agresiva hacia otros, ya sea de manera verbal o física, es otra forma de enfrentar las situaciones y emociones difíciles. Al hacerle daño a otros sólo empeoramos nuestra situación, nos causa sentimientos de culpa y aísla.
El peligro de usar estas soluciones destructivas es de que se convierten en hábitos adictivos y hasta fatales que traen nuevos problemas y más estrés a la vida.
¿De qué manera constructiva puedes resolver tus problemas?
Explorar y aclarar tus emociones. Hay emociones que son abrumadoras para todos: la ansiedad, la depresión y el enojo. Estas emociones son normales y te indican que hay mucho pasando en tu vida, que estas haciendo demasiado y que necesitas ayuda.
El estar más consciente de tus emociones es el primer paso hacia resolver tus problemas y te permite expresar tus sentimientos de manera directa y asertiva en vez de tomar acciones agresivas o destructivas. Al reconocer tus emociones puedes entonces encontrar soluciones a tus problemas, buscar ayuda, aclarar tus necesidades, prepararte y hacer los cambios necesarios.
Identifica y toma control de tus pensamientos . Cuando identificas los eventos o situaciones que te causan estrés entonces puedes tomar conciencia de los pensamientos y juicios que haces de ti o de la situación. A veces tus pensamientos pueden trabajar en tu contra, distorsionar tu percepción de una realidad y empeorar tu situación.
Evita brincar a una conclusión negativa, exagerar la importancia de lo que esta sucediendo, formar juicios punitivos que te hagan creer que no vales o eres malo, y hacer generalizaciones absolutas tales como, “siempre me miente, soy un perdedor, o no sirvo”.
Toma un respiro profundo y piensa de manera racional y calmada. Te sentirás más en control y así puedes tener pensamientos positivos de ti, y manejar mejor las situaciones. Tal vez, te sientas desilusionado pero esto es muy diferente que sentirse devastado, incapaz y deprimido. Trata de ver las cosas dentro de su contexto sin contaminar tu pensamiento asumiendo que algo negativo esta sucediendo. Apóyate en los hechos para evaluar lo que pasa. Sé optimista acerca de lo que va a suceder y sé generoso contigo. Sólo porque sacaste una mala calificación en química no quiere decir que hayas fracasado. Tal vez no entendiste lo que quería decir tu profesor y puedes reunirte con él para resolver el problema. Mantén una perspectiva realista de la situación. Recuerda que todos cometemos errores y eso es parte de ser humano.
Los errores, las emociones, los éxitos y los problemas son cosa de cada día. Estos no te definen. Lo que te define es la manera en que los afrontas y los resuelves.